La naturaleza nos da las naranjas en invierno, cuando más necesidad de vitamina C necesita nuestro cuerpo para protegerse.
Cantidad diaria recomendada de vitamina C:
Hombres 50 a 120 mg
Mujeres 60 a 120 mg
Cantidad que se encuentra en 100 a 200 g de zumo de naranjas o limones.
Composición vitamínica de las naranjas, en 100 g:
Calorías: 35
Proteínas : 0’8 g
Hidratos de carbono: 8’6 g
Fibra: 2 g
Calcio. 36 mg
Hierro: 0’3 mg
Magnesio: 12 mg
Cinc: 0’18 mg
Sodio: 3 mg
Potasio: 200 mg
Vit. A: 33 mcg
Vit. B1: 0’1 mg
Vit B2: 0’03 mg
Vit B3: 0’3 mg
Vit B6: 0¡06
Vit B9: 37 mcg
Vit C: 50 mg
Vit E: 0’2 mg
No es casual que la vitamina C sea la representante de todas las vitaminas; cumple tantas funciones en nuestro cuerpo que su carencia (por desgracia muy frecuente) genera síntomas muy diversos en todo el organismo.
Tan importante es, que la naturaleza dispuso que todos los animales pudieran fabricar su propia vitamina C, a excepción del ser humano y de alguna especie de cobaya y de mono.
Tiene propiedades inmunológicas
La vitamina C es el principal enemigo de los radicales libres, responsables en gran parte del envejecimiento celular. Por lo tanto es un gran antioxidante, pero también una vitamina eficaz contra todo tipo de gérmenes, virus, microbios o incluso parásitos. Los glóbulos blancos, nuestro ejército particular, tienen concentraciones muy importantes de la vitamina, que viene a ser como el arma de la que disponen para enfrentarse con cualquier opositor de la buena salud.
La vitamina C incrementa la presencia en los tejidos de una sustancia natural, el interferón, que lucha contra los virus. Así, de igual forma que protege contra un simple resfriado, también fortalece el organismo frente a cualquier otra forma vírica. También aumenta el número de anticuerpos, es decir, de ciertas proteínas encargadas de reconocer y atacar todo elemento patógeno extraño.
Asimismo, es capaz de intensificar la secreción hormonal del órgano encargado de la defensa del organismo por excelencia, la glándula timo.
Tiene otra forma indirecta de proteger los tejidos, puesto que es capaz de reparar las moléculas desgastadas de otro antioxidante, la vitamina E.
Por todo ello, constituye uno de los agentes antiinfecciosos de mayor eficacia.
Forma el tejido conjuntivo
Ciertos aminoácidos constituyen unas fibras sumamente resistentes, que otorgan consistencia a nuestro armazón, en presencia de vitamina C. Un tejido de gran resistencia, el colágeno, se sintetiza poco a poco a partir de esos componentes proteicos. Eso hace que la piel se mantenga elástica y firme, y que las heridas regeneren su tejido de forma adecuada. También las fracturas necesitan vitamina C para consolidarse. Existen otros elementos formados por tejido conjuntivo en el que su formación depende de la vitamina C: cartílagos, ligamentos, huesos, dientes y paredes de los vasos sanguíneos.
La vitamina C es imprescindible para mantener en buen estado las paredes de los vasos y capilares sanguíneos. Si estos son uniformes y tersos, es más difícil que se adhieran cristales de colesterol o de calcio, causa fundamental de un gran número de trastornos cardiocirculatorios.
Es necesaria para el buen humor
La vitamina C interviene en la formación de algunas hormonas de acción euforizante y de sus metabolismos. Su carencia puede manifestarse, por tanto, en apatía, pensamientos o sensaciones negativas, malhumor, etc.
Otras funciones
La vitamina C cumple muchas más funciones. Así, cura las encías sangrantes, función por la que destacó durante muchos años, ya que era indispensable para prevenir el escorbuto.
También interviene en la absorción del calcio, puesto que la vitamina C forma unos complejos, los quelatos, que duplican su absorción. Indirectamente, contribuye a evitar el exceso de peso, ya que interviene en la síntesis de un aminoácido, la carnitina, que facilita la conversión de la grasa de la sangre en energía. También la producción hormonal de sustancias estimulantes, a la que nos hemos referido, constituye una forma de quemar calorías. Tiene un efecto anticancerígeno muy importante. Las sustancias cancerígenas y las propias células cancerosas se comportan en el organismo de forma muy similar a la de los agentes patógenos invasores, por lo que es lógico que la vitamina C facilite su detección y eliminación. También tiene un efecto antihistamínico, es decir, antialergico. Eso la hace muy adecuada en todo tipo de alergias, pero muy especialmente en los casos de asma, en la que se ha detectado una carencia frecuente de ácido ascórbico. Su adecuada administración puede reducir los síntomas de forma importante.
Sin embargo, cabe advertir que, en las personas diabéticas, el uso de vitamina C puede hacer variar las dosis de insulina que toman, de ahí que lo mejor sea pedir consejo médico. Asimismo, la vitamina C excretada por orina puede dar un falso negativo en los análisis de glucosa.
Las personas con enfermedades cardíacas también convendría que consultaran con su médico si toman suplementos de vitamina c. Ya que estos pueden modificar las necesidades de los fármacos.
Alimentos ricos en vitamina C: mg por 100 g
Perejil: 200
Grosella: 125
Berro: 80
Fresa: 60
Naranja, limón, kiwi: 60
Tomate: 30
Cebolla: 26
Requerimientos diarios
Los datos de que se dispone aconsejan unos 80-90 miligramos. Sin embargo, hay que decir que estos tienen muy poco en cuenta el sistema de vida actual. Pensemos por ejemplo, que cada cigarrillo fumado consume la cantidad de vitamina C de una naranja y cada alteración emocional la de diez naranjas. Además, cabe considerar los baños de sol, la contaminación, la ingestión de fármacos (la aspirina por ejemplo, triplica su eliminación), las conservas y tóxicos de todo tipo en los alimentos, las dosis de azúcar, etc. También podemos ir restando su aporte a través de los alimentos: dietas hiperproteicas, vegetales cogidos todavía verdes y madurados a base de hormonas, etc. Por eso, muchas veces los suplementos recomendados pueden ser de hasta 1 g, es decir, diez veces la cantidad tradicional. Por supuesto, como sucede con el resto de las vitaminas, la mujer embarazada o lactante necesita un aporte mayor.
Características
Es hidrosoluble
Es sumamente frágil: la alteran el aire, la luz, el calor y los oxidantes.
me interesa saber para el asma u otras enfermedades de las vias respiratorias como se debe ingerir y cuanto tiempo por ej el REDOXON es bueno para esta dplencia gracias
Hola Daniel:
El zumo de naranja tiene que estar recién exprimido y natural, es decir, sin añadir azúcar y tomarlo por vía oral por las mañanas.
La cantidad, 80 -100 mg diarios.
Sobre el redoxon no se si es bueno o no, yo prefiero la medicina natural, sin medicamentos de farmacia.
Un saludo,
Cati
¡Yo amo las naranjas! Una vez, ¡hasta me retaron de comer tantas!